Los últimos acontecimientos en los cuales ha estado como protagonista la justicia nos dejan a muchos preocupados; pues, siendo esta uno de los pilares sobre los que debe edificarse una sociedad moderna hoy no transmiten la confianza a los ciudadanos. El juzgamiento a los miembros de la escolta legislativa por lo acontecido el 30-S, la destitución del presidente del Corte de la Judicatura dejan a la función judicial con presunciones de intervención en estas.
Cada día parece que los ciudadanos se sienten más indefensos y ante esto la justicia por mano propia parece ser la solución. El caso del atropellamiento de supuesto delincuente en Guayaquil sirvió para que a través de los medios se trate de justificar o no lo acontecido; algo inaudito, pues hoy uno es declarado culpable o inocente por adelantado, según el pronunciamiento de la gente a través de medios y/o de redes sociales. Esto solo indica una cosa: la justicia tocó fondo. Es urgente recuperar una justicia sabia, docta e independiente.