Hace unas semanas atrás, en el campeonato de fútbol sub-20 de México, el entrenador de Tecos ordenó fallar intencionalmente un tiro penal en su partido contra Pachuca, en una muestra de juego limpio, pues, el referido entrenador sabía que la pena máxima había sido injustamente pitada por el árbitro.
Lo relatado debe servirnos a los ecuatorianos para eliminar la tristemente famosa ‘viveza criolla’, empezando por el fútbol, ya que no son otra cosa que términos que reemplazan a la palabra corrupción. Es hora ya de que nuestros periodistas deportivos censuren a los futbolistas que fingen una falta o ‘queman tiempo’, en lugar de calificarlos de ‘experimentados’ cuando el término exacto es falso, mentiroso o corrupto.
Quienes asistimos a los estadios deberíamos, también, censurar esas actitudes poco dignas de un deportista sin tolerarlas como comunes o propias del fútbol.
Ojalá haya eco a este llamado en la prensa deportiva y se inicie una verdadera campaña para eliminar la violencia de los campos deportivos junto con la mentira, la falsedad y la trampa en los mismos.
Si meditamos a cuantas acciones inmorales le hemos dado el calificativo de ‘viveza’ nos asombraríamos de nuestra capacidad indebida para tolerar abusos, infamias, mentiras y corrupción.
Para quienes soñamos con un nuevo Ecuador esta enseñanza mexicana de honestidad deportiva debemos trasladarla a nuestra vida diaria, para poner fin a la ‘viveza criolla’ que se arraigó hace décadas en nuestras vidas justificando todo tipo de abusos y actos de indebidos, quitándoles su calidad de inmorales y otorgándoles, en su lugar, el calificativo de viveza.