Es desagradable, por decir lo menos, el comprobar cómo la tal llamada justicia se parcializa cuando se trata de esculcar con la verdad los actos de sus colegas jurídicos, me refiero a los jueces de marras que en el estupor de las copas no solo ultrajaron físicamente e insultaron a los agentes del orden, sino que causaron destrozos a la propiedad privada.
Los castigos para estas personas deberían ser ejemplarizadores.