Gabriel Ordóñez Nieto
De verdad estoy preocupado por la afectación al rostro humano de su Gobierno. Siento y noto falta de sintonía de ciertos funcionarios con postulados difundidos por usted, en foros y universidades, del país y del exterior. Ha proclamado, por ejemplo, la necesidad inaplazable de colocar al ser humano sobre el capital para encaminar acciones efectivas y duraderas en procura del buen vivir; en la misma línea de pensamiento en su enlace ciudadano No. 398 del 8 de noviembre próximo pasado, en una parte de su intervención dijo: “Los adultos mayores no deberían ser internados en centros gerontológicos; deberían tener una jubilación digna y no depender de nadie”.
En franca y abierta contradicción con su pensamiento, las autoridades del IESS, sin que les asista razón alguna de tipo legal, han suspendido el pago de las pensiones jubilares vitalicias de los exservidores de la institución. No insistiré en la argumentación jurídica que avala el reclamo porque es abundante y contundente, solo diré sobre el particular, que la referida suspensión de pago, tiene como único sustento un borrador de auditoría de la Contraloría General del Estado que no se ha leído ni aprobado por incompleto y por carecer de los informes de todos los involucrados en decisiones tomadas a lo largo de 18 años.