Juan Pablo II y la frugalidad

Según respetables pensadores, la felicidad verdadera proviene de vivir con menos y necesitar lo justo y necesario, es decir vivir con frugalidad. A los niños debemos inculcarles la frugalidad, que es una virtud que debe aprenderse en la infancia, con el ejemplo familiar .
Necesitamos demasiadas cosas y esto nos hace más pobres. La frugalidad es compatible plenamente con la felicidad, la generosidad y el ahorro; nos hace pasar del 'yo' al 'tú' para compartir las existencias y hacernos responsables de un desarrollo sostenible y humanista.
Juan Pablo II ya nos había aseverado al respecto: "Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y solidaridad".

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