Este fin de semana tuve el honor de acompañar al escritor y poeta Jaime Galarza Zabala a la inscripción de su candidatura a Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en binomio con el extraordinario poeta de la negritud Julio Micolta Cuero, dignidad y honor de su raza.
Jaime es de esas personas que valen lo que pesan, autodidacta de formación, ha sabido consolidar su pensamiento en obras de denuncia contra políticas nefastas, sus libros tanto en poesía como en ensayo reflejan un profundo amor y defensa de su patria. Con Jaime estuvimos en París y Suecia y pude constatar que el único interés de este intelectual de izquierda era comunicar en foros internacionales el respaldo que merecían casos y cosas que en su Patria eran ultrajadas. El libro sobre quien mató a Roldós es visceral, no podía ser de otra forma, todos sabemos que contra Jaime Roldós hubo un complot, su pensamiento era demasiado peligroso para los intereses del imperio.
Lo acompañé a la entrevista con Julio Cortazar en la Rue L Eperon y pude constatar la talla de dos auténticos y honestos escritores de izquierda. Por sus ideas Galarza ha sufrido tortura y prisión, lo que no ha restado una sola pizca en su temperamento indómito para luchar por lo que tiene que luchar. Ahora que los años han pasado, que tenemos visión de lo recorrido y evaluación por lo logrado, Jaime Galarza es un referente incólume de auténtico revolucionario.
Ahora Jaime se ha puesto el reto de ser Presidente de la Casa de la Cultura, institución tan venida a menos, por las contingencias que ha debido soportar al tener a presidentes que no se han ocupado bien de una labor social y cultural auténtica.