En días pasados la prensa informó sobre la sentencia que la Corte Nacional emitió contra las personas implicadas en el presunto peculado tras el cierre de Filanbanco, en el período 1999-2000. Qué bien que se emita sentencia contra ex banqueros que usaron dineros del público depositante para financiar sus propias empresas, actividades y aventuras, y luego malversaron fondos públicos antes que Filanbanco cerrara sus puertas. Sin embargo, me llama la atención que poco se ha dicho de la sentencia injusta contra Luis Jácome, hombre público probo e íntegro, cuyo único error fue servir a su patria desde la Junta Monetaria y buscar detener, sin éxito, la crisis de confianza que devino en una crisis bancaria. Hubo muchos empleados públicos honestos que trabajaron infructuosamente para detener esa crisis bancaria, y el país debe reconocer su patriotismo, y no incluirlos con banqueros que bien merecen estar en el banquillo.