Antes de zarpar naufragó el ITT-Yasuní, no por los “infantiles ecologistas del país y del exterior”, sino porque el Presidente no se puso la “camiseta” (reprimió a sus ministros al vaivén de las olas de su revolución). Desde el inicio el plan “B” para la explotación era necesario, por el cuantioso gasto corriente. Los Estados extranjeros con cerrojo en sus bóvedas, por: 1) No confían en un Régimen que hoy dice una cosa y mañana otra. 2) No creen a quienes despotrican de países desarrollados y les piden participación. 3) No hay confianza de que los recursos se destinen para desarrollo. 4) Sin razón elevarían al Gobierno a los altares ambientalistas. 5) No se fían de quien habla de democracia y persigue, calla, encarcela a quien piensa e informa distinta al poder (189 indígenas enjuiciados injustamente). Verde sólo la fachada, se siguen talando los bosques, imponen devastadora minería a gran escala, combustibles de pésima calidad con subsidio politiquero, irrespetan comunidades, agua contaminada y monopolizada, no protege las Galápagos, no a calentadores de agua solares, impuestos verdes incoherentes y mentirosos, transporte contaminante sin controles, etc. Lo poco que queda de la Pacha Mama es vida para mañana. Ecologistas, profesionales, indígenas, ciudadanos, líderes sociales, culturales y políticos con los “churos hechos;” lo mismo que la ex colaboradora de Lucio, la señora Baki.