Porque las FF.AA. son obedientes y no deliberantes, cualquier persona se cree con el derecho de irrespetarlas. Con asombro vimos y escuchamos a un señor, de esos que levantan la mano en la Asamblea, “denunciando” que el personal de tropa está siendo castigado “porque no lava el carro de mi coronel o no sirve el desayuno a mi general”. El legislador, progresista y revolucionario, seguramente no sabe lo que es un cuartel, por eso forma parte del grupo que condecora a guerrilleros y a personajes perseguidos por la justicia provocando la indignación de los ciudadanos conscientes. En los cuarteles se practica el respeto recíproco entre los que mandan y los que cumplen las órdenes militares, no se denigra a los ciudadanos uniformados; se cultiva el honor y la disciplina. Todo esto desconoce el señor Virgilio Hernández, que además, rebasa sus atribuciones que no le facultan para irrespetar a la institución armada. Mi respaldo al Comandante General del Ejército que le exige al irrespetuoso que se disculpe por los agravios emitidos. Ya es hora de parar la arremetida concertada en contra de la institución.