Injusticia reiterada

En este ambicioso proyecto de democratizar todas las instituciones públicas, se vienen realizando numerosos concursos para llenar diferentes cargos, lo cual me parece justo, siempre y cuando a todos los candidatos se les califique bajo las mismas reglas; esto es, sin beneficiar a unos en perjuicio de los demás.
Lastimosamente, esto no es lo que está sucediendo, porque los reglamentos aprobados para el efecto son discriminatorios, pues en el puntaje final a los indígenas, montubios y afroecuatorianos se les concede gratuitamente 10 puntos más por el mérito de ser tales, perjudicando de esta manera a los demás ecuatorianos, pese a que la Constitución Política prohíbe en su artículo 11, todo discrimen, pues así lo señala el numeral 2), cuando expresamente dice: “Todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades”.
En sentido opuesto, sería inaceptable y odioso que, por ejemplo, en el concurso para Reina de Quito se les den 10 puntos más a las candidatas que tengan ojos azules o que pasen de 1,70 m o que hayan nacido en el norte de la ciudad.
Me admira que después de tantos concursos , la Corte Constitucional no se haya pronunciado sobre esta flagrante violación de nuestra Carta Política.

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