Ingratitud

¡Maldita sea la ingratitud propia del espíritu vil! Solo porque ahora, en suerte de votos, sean enemigos, no quiere decir que se debería abandonar la nobleza de caballeros en reconocer los méritos del otro. Quien inició el aeropuerto fue Paco Moncayo y quien lo terminó fue Augusto Barrera. Ellos son artífices, ellos deberían estar en las fotografías, ellos deberían estar allí en el bronce hecho placa. Y aunque todo es perfectible, como diría el Sr. de "una sola vuelta" hablando de la Constitución de 200 años, esto no resta esfuerzo, trabajo, liderazgo y mérito de la labor cumplida por uno y otro.

Si este es el actuar ahora de nuestros líderes, qué ejemplo más pobre aguarda a nuestros hijos. Nobleza, bella palabra desechada este 19 y 20 de febrero.

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