Las Infecciones Asociadas a la Atención de Salud (IAAS), antiguamente llamadas nosocomiales, constituyen un grave problema de salud pública en todo el planeta. Solo en EE.UU. representan 2 millones de casos anuales que ocasionan alrededor de 90 000 muertes.
Las graves implicaciones médicas, sociales, económicas y legales son impredecibles, por lo que en los países del Primer Mundo la inversión para minimizarlas es gigantesca y sus resultados alentadores.
Sin embargo, en el Tercer Mundo tal esfuerzo se lo mira como un gasto y prefieren tratarlas en lugar de prevenirlas. Al parecer, el MSP quiere implementar las normas de prevención de las IAAS pero si los hospitales públicos no disponen de los insumos necesarios, no solo que no sirven, sino que se convierten en el sustrato ideal para encontrar a los culpables que necesitan los gobiernos para escarmentar con ellos. Es iluso pensar que con declarar a los médicos culpables de homicidio no intencional se soluciona el problema.
Si se carece de insumos, la normativa no puede aplicarse. Es como aprobar una ley de tránsito que sancione la contravía o el cruce de la luz roja, sin que existan ni señalización ni semáforos.