El trabajo realizado por las UTA del MIES-INFA es encomiable desde diversos puntos de vista. Por ejemplo, en los círculos de adopción y escuela para padres, muestran un admirable profesionalismo y empatía con los potenciales padres. Pero lo preocupante es que hay pocos niños que son declarados en adoptabilidad, a pesar de que la realidad social nos hace enterarnos de muchos niños abandonados por sus padres biológicos, pero gran parte de estos niños son llevados a casas-hogar o fundaciones que no trabajan en coordinación con el Infa.
Son incontables las parejas en nuestro país que desean adoptar y ser padres. Con frecuencia nos enteramos de niños abandonados en Centros de Salud o en las calles, y en la mayor parte de las veces, cuando no aparecen sus progenitores son trasladados a ciertas aldeas. Allí conviven con una “madre” que lleva alrededor de 8 niños, en un seudohogar monoparental, con una “madre”, que puede ser cambiada según las circunstancias, y los niños y jóvenes permanecen hasta la edad adulta, y luego abandonados, sin haberles dado la oportunidad de ser incorporados a un núcleo familiar con verdaderos padres adoptivos.
Estas aldeas fueron creadas post-Segunda Guerra Mundial, con una misión loable en ese entonces, de albergar niños huérfanos tras la guerra. Las circunstancias de ese tiempo a la fecha han cambiado. Hay muchas pero muchas parejas en la actualidad deseosas de adoptar un niño, una niña en el Ecuador y, debido a la existencia de estas fundaciones, ONG o aldeas, esa posibilidad de adopción está siendo menoscabada.
Pido, y en nombre de los que realizamos los círculos de adopción, que el Estado ecuatoriano y el MIES-Infa revise la conveniencia de la existencia de estas aldeas u ONG en el país.