Indolencia con los animales

Con mucha tristeza, vemos todos los días noticias sobre perritos atropellados en las vías como en la Simón Bolívar, Ruta Viva y más. Unos mueren de contado, otros quedan agonizantes ante la total y fría indiferencia. ¿De dónde salen?, ¿adónde van?, ¿qué buscan?, son las preguntas que nos hacemos. Seguramente son abandonados ya que por esos lugares existen pocas viviendas.

Caminan sin rumbo, buscan comida y agua. Quizás también una mano compasiva que les regrese a ver. No pueden cruzar, no pueden pedir ayuda. Solo nos miran con sus ojos de desesperación.

Depende de nosotros decir ¡basta!Las autoridades, por su lado, deberían hacer controles diarios para evitar que caminen en las vías, los conductores alertar enseguida a la autoridad por si vemos un perrito en peligro para que sea puesto a buen recaudo y no muera de la manera más absurda ya que se puede evitar, apoyar a las organizaciones que los cuidan, etc.Y porqué no, ser el mejor amigo del perro sin hogar, comúnmente llamado “callejero” brindándole seguridad y una oportunidad de vida. Penosamente, también es común verlos caminando por las calles de la ciudad o parados largas horas frente a lugares que venden comida, a la espera de una migaja y jadeantes por la sed.

¿Qué nos cuesta brindarles un trozo de pan?, ¿qué nos cuesta ofrecerles un poco de agua?, ¿qué nos cuesta tomarlos en cuenta? ¡Ya es hora de cambiar esta triste realidad!

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