Resulta fuera de toda lógica la ambición desmedida de los choferes profesionales abuseros que pretenden a toda costa incrementar sus ganancias.
Habría que preguntarles que han hecho para mejorar el servicio. Es común ver las carreras por ganar pasajeros, el maltrato al usuario, el irrespeto a las paradas, cruzar semáforos en rojo, interrumpir el paso cebra, la suciedad de buses y la nueva moda de instalar luces verdes y azules como árboles de Navidad cuando es totalmente prohibido y para uso exclusivo de ambulancias y policía.
Si como dicen no es rentable el negocio porque hay tantas unidades de buses.
Ya es hora de que las autoridades de una vez por todas tomen el toro por los cuernos y solucionen el gravísimo problema de la transportación publica, dejen de pensar en intereses políticos al dar prebendas a cambio de votos cuando las calles de las ciudades son un caos.
Gracias al deficiente sistema de transporte público el parque automotor de autos livianos se ha incrementado de manera irracional saturando las calles.