Nuestra sui géneris democracia abunda en incongruencias. El Presidente anuncia que hay libertad de marchas y movilizaciones viviendo en un estado de derecho y el director de la ANT con memorándum de marzo 6 prohíbe salvoconductos y permisos de frecuencias al transporte interparroquial e interprovincial durante marzo a nivel nacional.
A pesar de esto, el 8 de marzo llegaron buses de Guayas, Carchi a la concentración de Correa en la Plaza Grande. ¿Quién manda en el país, el Presidente o el Director de la ANT? ¿Disposiciones con la ley del embudo obligando a unos a acatarlas y permitiendo a otros rebasarlas?
Sería bueno marchar todos agradeciendo una buena gestión gubernamental, pero si hay descontento el Presidente tiene la obligación de escuchar los requerimientos. Proceder haciendo competencia a las marchas no es democrático, la democracia no excluye, no diferencia, todos somos Ecuador. Tan serio es medir fuerzas para Correa que en la sabatina de marzo 10 dijo que si se toman la Catedral “nos tomaremos Santo Domingo, San Francisco, La Merced….”, está rebasando la contienda con sus “opositores”, y con lo único que debería competir es con su aptitud para resolver los graves problemas que afrontamos.