A quienes estamos en contacto con el quehacer universitario no deja de asombrarnos noticias como la del domingo pasado, en la que se nos detalla como el nuevo Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior, Ceaaces, aún está en proceso de organización. En diciembre pasado, se ha convocado a un Concurso de Méritos y Oposición para nombrar a tres de sus integrantes; la otra mitad le corresponde designar al Ejecutivo. Hay vocales nombrados, pero sin poder de decisión, solo se dedican a funciones administrativas. ¿Cuáles son las consecuencias de esta lentitud de procesos? Más de un centenar de posgrados de varias universidades del país no pueden procesarse. Miles de profesionales con deseos de avanzar en su formación, no pueden acceder a sus estudios por cuanto el sistema está paralizado. El cambio de siglas de Conea a Ceaaces no ha generado ni eficiencia ni eficacia. La Comisión dice necesitar 11 millones para funcionar. Es incomprensible.