El documental de Al Gore, merecido ganador de varios premios internacionales, enfrenta un problema gravitante para el mundo, el que pese a su crudeza y frontalidad, no ha logrado sensibilizar a la humanidad de la catástrofe cotidiana resultante de estropear y mutilar nuestro planeta, pese a algunos esfuerzos aislados o conjuntos.
El título del trabajo puede adaptarse perfectamente a otras acciones perniciosas, como los contenidos inadecuados que circulan libremente en Internet. Actualmente, resulta muy habitual que se difundan masivamente imágenes o videos tan crueles como seres humanos degollados, o como millones más con contenido explícito para adultos, etc., que pueden afectar directamente a los espectadores, en los que se cuentan lamentablemente niños y adolescentes, o a la postre insensibilizarlos.
El acceso a estos contenidos, si bien puede ser denegado mediante programas de software, resulta insuficiente dada la masificación de los aparatos electrónicos con acceso a Internet.
Me pregunto: ¿ha llegado el momento de regular y restringir ciertos contenidos inapropiados u ofensivos en Internet?