En estos días se analizan los llamados impuestos verdes. Un aspecto positivo de este proceso es la apertura al diálogo. El derecho del Estado de crear impuestos no se discute; pero me pregunto: ¿Es verde gravar a los autos?, o es el deseo de obtener más recursos.
El hecho -en potencial- de que un auto por su edad y cilindraje contamine más se daría si se supone una utilización uniforme de estos, aspecto que no es real. Una forma directa sería con el consumo de gasolina, lo que equivaldría a una revisión de su precio; tema difícil, por su mayor impacto. La medida de aplicarse daría la señal para cambiar los autos de más de 5 años, favorecería a una política destinada al gasto no productivo y a la salida de divisas ¿? Si se desean más ingresos, y se justifica -pese a los precios altos del crudo-, que se lo haga, pero no se utilice al ambiente para justificar impuestos que están ‘verdes’ aun para ser calificados así.