El papi Gobierno sin tener ya a qué bolsillo meterle la mano, decidió darles un correazo a los consumidores , sin tomar en cuenta que los mayores consumidores de esos productos son estudiantes que saliendo muy temprano y regresando muy tarde a sus hogares, ya sea por distancias, gastos de transporte y lógicamente escaso dinero disponible, les resulta más económico y satisfactorio estos alimentos al paso.
No es la salud de los consumidores lo que le preocupa al papi Gobierno, porque si así fuera habría que eliminar los hornados, bolones, empanadas, caldos de manguera y cientos de productos “grasosos”. Le brilló el ojo porque el alto consumo de esos alimentos le puede generar más impuestos.
Si la salud es su preocupación, más bien debería controlar el aseo, la saturación de grasas, la salud de quienes los manipulan y de ninguna manera agobiar con impuestos a los emprendedores privados .