Impuesto verde

Viajando en mi cacharrito escuché, este sábado, la dulce voz de mi Presidente. Está anunciando que  el Gobierno necesita urgentemente dinero. Cosa rara. Y cosa rara también, que lo quiere obtener a partir de un colorido impuesto, verde por supuesto (que el color sea el mismo que el  de A. País es pura coincidencia). Según  Carlos ‘cobra impuestos’ Marx Carrasco, debemos pensar en dicho color cuando lo paguemos.

Claro que quienes pensarían mucho son los funcionarios de Estado que por los impuestos de sus supervehículos pagarían decenas de miles de dólares en imposiciones. Pero hagamos funcionar la imaginación y les invito al señor alcalde Barrera, al señor Carrasco y al señor Presidente Correa a pasar un día de sus valiosas vidas como el común de la gente, pero desde las 5 de la mañana que dicen levantarse a trabajar, hasta las 21:00, para que se movilicen ‘a pata’, como lo hacemos todos, o como dicen que quieren que lo hagamos todos para ayudar al medioambiente.

Estarían viajando junto a todo su séquito de asesores, guardaespaldas, fotógrafos y etcéteras; que tomen bicicleta, buses, trole, metro, taxi colectivo, buseta interparroquial, buseta interprovincial  y el muy conocido por todos nosotros ‘dogde patas’. Y si después  sienten lo mismo que viajando en el transporte público de Bélgica, Suecia, Sídney o Japón, entonces impongan todo lo que quieran, mientras tanto, por favor, dejen en paz mi carrito.  Por cierto, los dejo. ¡Adiós!  Rrrrr. Uy, pico y placa.

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