En nuestro pequeño pero hermoso país de Manuelito, vemos con mucha preocupación que los aspirantes a la Asamblea, se los está poniendo a ilustres y muchas veces mediocres personalidades de la farándula, sin ninguna preparación académica, que pueden haber tenido éxito en sus actividades artísticas, pero con escasa capacidad para integrar el más importante poder del Estado. Se tiene que exigir que sean personas preparadas, idóneas, que hayan cursado la universidad, y sean unos verdaderos profesionales de éxito, el fin justifica los medios, solo les interesa que dichos oscuros aspirantes respondan a los intereses populares o sólo sean figuras para acarrear votos en los sectores marginales, donde solo hay interés por la banalidad y la farándula. Tiene que ser gente con una verdadera preparación y conocimientos en la educación, salud, bienestar, calidad de vida, con conocimientos jurídicos. Cómo es posible que por temor, ilustres asambleístas, no puedan reclamar cómo una exitosa presentadora de televisión que fue electa para esta altísima dignidad, haya asistido una vez al año a las sesiones y prefiera sus compromisos artísticos.