Con el pretexto de “salvar al IESS” en el año 2001 se eliminó la “Jubilación Especial Reducida”, a la que accedían los afiliados con veinte y cinco años de aportes y cuarenta y cinco de edad. Miles de trabajadores que estábamos a pocos días de cumplir estos requisitos, de la noche a la mañana, fuimos condenados aportar cinco años adicionales y a sobrevivir quince más, mínimo hasta los sesenta, para poder jubilarnos.
Hoy nuevamente el IESS presenta un “déficit actuarial enorme”. De concretarse esta barbaridad, quienes ya fuimos afectados en el 2001, ahora que ya tenemos treinta años de aportes, nunca llegaremos a jubilarnos.