Este año la Caja del Seguro, hoy Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, cumple ochenta y cinco años de existencia, encontrándose dirigido por tres ciudadanos que han olvidado o nunca comprendieron el significado de la palabra gratitud, vocablo que a través de sus antónimos, nos permite entender de mejor manera su sentido: ingratitud, infidelidad, deslealtad, desagradecimiento.
Así lo percibimos quienes allí laboramos entre veinte y veinticinco años, es decir, durante la tercera parte de la existencia de la entidad y de nuestra vida.
Nuestro orgullo de personas honestas y trabajadoras que hemos sabido valernos por nosotros mismos sin esperar dádivas de nadie, ha ocultado la calamitosa situación que atravesamos: no tenemos trabajo, no tenemos acceso a la prestación médica, no tenemos bono solidario y para variar, nuestros aportes al sistema fueron “licuados” por la dolarización.
La pregunta del millón: ¿hacia dónde es que “avanza” la Seguridad Social?