Rara vez tenemos la oportunidad de escuchar declaraciones como las que dio la asambleísta oficialista Betty Carrillo en Ecuavisa. Defendiendo la controversial disposición del Gobierno de desconocer el aporte estatal del 40% a las pensiones, de la licuación de la deuda, del desconocimiento de los déficits actuariales, los incrementos de las pensiones anuales por inflación, etc. Carrillo dijo: “El error es pensar que el IESS les corresponde a los afiliados… El IESS es una institución que forma parte del Estado”. El tema medular es ese: que los afiliados al IESS realmente no son dueños de sus ahorros.
Aunque ustedes no lo crean, lo afirmado por Betty es una gran verdad. Los afiliados no tienen representantes que los defiendan, No deciden en qué se invierte, a qué plazos y a qué tasas. Si los afiliados realmente fuesen dueños y señores de sus ahorros, talvez no hubieran comprado bonos basura del Estado ecuatoriano en tal magnitud, y si lo hicieran, es muy probable que los hubieran comprado en el mercado secundario con descuento.
Los afiliados tampoco deciden cuándo jubilarse, ni están en capacidad de determinar cuánto aportar a su fondo de jubilación. No hay una relación entre lo que aportan y lo que recibirán, de tal forma que es un sistema perverso que desincentiva el ahorro. Los afiliados no hubieren respaldado el plagio de la actual ley de seguridad social 2001-55 del sistema uruguayo en pensiones y del sistema colombiano en salud.
Tampoco estarían de acuerdo con la creación del Fondo Nacional de Salud en Ecuador, anunciado por el presidente Rafael Correa, que es una copia de lareforma uruguaya y del Código de la Salud que restringe derechos, ni con la protección de las amas de casa solo para pensiones ni aprobaría la confiscación de aportes privados del magisterio y un largo etc. Betty tiene toda la razón: los afiliados, trabajadores y jubilados somos privados del seguro social.