Se habla del impacto personal al ambiente mediante la “huella ecológica”. Es necesario entender que cualquier medida que se adopte es ínfima con respecto al hecho de procrear. El momento en que una pareja tiene un hijo, la huella ecológica se duplica por persona. Entonces todos los esfuerzos por llevar una vida sin impacto se anulan. Este tipo de argumentos no se discute, pero el hecho está en que aquellas parejas que han optado por no tener hijos son las personas que más contribuyen a la preservación de los recursos naturales en el planeta. Hay países como Venezuela que entregan bonos económicos por cada hijo pero no existe sociedad que recompense a aquellas parejas que por responsabilidad con el planeta optan por no reproducirse. Europa se hace vieja al igual que China, pero es eso lo que necesitamos para detener o al menos disminuir la catástrofe ecológica que tendrá que enfrentar nuestra civilización.