No hay muerto malo dice el adagio popular, sin embargo hay excepciones especialmente cuando fallecen aquellos mandatarios que han abusado del poder para avasallar a su pueblo y a los vecinos. Son recordados por su crueldad y desprecio de la vida ajena Nerón, Atila, Hitler, Stalin, Idi Amin y algunos más.
Las muertes de estos personajes no fueron sentidas sino más bien festejada por los agraviados, por lo expuesto no se explica que nuestro Vicepresidente haya enviado un “sentido pésame” a Corea del Norte por la muerte de Kim Jong-il, personaje siniestro que mataba de hambre a su pueblo para construir un arsenal atómico y amenazar la estabilidad y la paz mundial. Definitivamente el protocolo de la revolución ciudadana no da pie con bola.