Acápite hago a la tradicional leyenda del padre Almeida, con mucho respeto al señor Presidente, he visto cómo muchos compañeros de trabajo (señores profesores) acaban completamente desgastados, física y mentalmente. Con las 8 horas y media de trabajo diario.
Lo prudente sería preguntarle señor Presidente: ¿Hasta cuándo ese grupo de asesores educativos, que confunden el trabajo productivo, con mayor tiempo de trabajo? ¿Hasta cuándo confunden el trabajo físico (con el respeto del caso) con trabajo mental? ¿Hasta cuándo confunden que trabajar es igual al Medievo celdas y no ventanas grandes que permitan entrar la luz? ¿Hasta cuándo se dará cuenta que seis meses no es igual a 6 u ocho años de estudio?
Con respeto me refiero a la profesionalización de la Policía y la profesionalización para ser profesores de mi patria.
Aprovecho la ocasión para desearles a mis compañeros un Feliz Día del Maestro.