De las tres fuentes financieras de que se nutre el Seguro Social, como son los aportes del Estado, de patronos y de trabajadores, a la primera se la quiere eliminar con el argumento de que las arcas del IESS están llenas de dinero. Siendo todavía joven nuestro seguro social, es natural que disponga de recursos previsionales que deberán ser invertidos debidamente para afianzar, ahora y en el futuro, el pago de crecientes pensiones y para atender a una población más numerosa y necesitada de salud y de protección social.
El sistema tripartito podría decirse que nació con el seguro social y está basado en cálculos econométricos para asegurar la solidez financiera del sistema a largo plazo, que garantice la protección de trabajadores, viudas, huérfanos y jubilados. Negar la deuda de salud y el aporte del estado del 40% a favor del IESS, es una aberración política. Si hay la intención de legislar para la patria y respetar lo que es constitucional, su posible solución para las dos partes, podría ser la suscripción de un nuevo convenio de pago hasta que el país pueda superar su crisis económica.
De esta forma el IESS no se perjudica y el Gobierno se reviste con algo de honestidad. Si se hace lo contrario y se insiste en su necia posición de no reconocer sus obligaciones: cavarán su propia tumba.