Hace pocos días recibimos la mala noticia sobre el fallecimiento de dos destacados escritores, valientes, claros, traducidos a múltiples idiomas y que cada publicación suya se convertía en un éxito de millonarios lectores. Demás está decir que me refiero a Eduardo Galeano y Günter Grass.
En muchos países de diversas tendencias, sus gobiernos y organismos que rigen la Cultura se pronunciaron activamente y con dolor ante este lamentable hecho; aquí pasó casi desapercibido sino hubiera sido por la poca prensa informativa que existe y nos supo poner al tanto de este triste evento.
Afortunadamente, los seres humanos dejamos huella de nuestros hechos en vida. Los dos escritores nos legan una bibliografía rica que aspiro continúe leyéndose, releyéndose y en muchos casos utilizándola en nuestras vidas, pues se trata de escritores bastante conocedores del quehacer humano. Los he leído y doy fe de ello.