Estamos presenciando los resultados del trabajo de un verdadero estratega, que transmite confianza, seguridad, categoría, inclusive a pesar de decisiones irresponsables de jueces que perjudican al equipo y que ojalá, al final, no necesitemos esos puntos vitales.
Esta situación generada por un grupo humano, conformado por gente humilde, jugadores, hinchas, dirigentes y dirección técnica, no hace sino cumplir nuestro sueño: ver a nuestro Ídolo como tiene que ser grande como su historia, como su hinchada.
Jugadores obreros, no estrellas, como aquellos juveniles, que ponen corazón y calidad, naturalmente con el apoyo de los más experimentados, que de la misma manera entregan su aporte fundamental.
Parte de esta bella historia es el astro uruguayo Sebastián Abreu, quien puso su parte en los momentos más difíciles que vivía el equipo.
Esto es el preámbulo de lo que se vendrá en los próximos meses, donde manteniendo ese nivel y actitud mantendremos la categoría. Y ¿por qué no soñar? Capacidad se ha demostrado y, Dios mediante, llegaremos más lejos todavía. Nuevamente muchachos, profesor, hinchada y el artífice de estos grandes momentos que estamos disfrutando, don Ramiro Gordón, ¡Gracias, mil gracias!