Los tiempos, las situaciones y las personas cambian. Nos sucede a nosotros, simples ciudadanos, que recorremos los caminos buscando siempre superar defectos, realizarnos, encontrar la perfección que evidentemente no es posible.
Por eso la elección del nuevo papa Francisco nos entusiasma tanto. No solamente porque sea el primer Papa latinoamericano, sino por sus atributos, sencillez, propósitos y propuestas de cambio en las actitudes, ha generado grandes expectativas en católicos y no católicos que miran acercarse una sola, cercana, sólida, afectuosa fe religiosa.
Este sería el inicio del mundo nuevo, la nueva sociedad unida y sensible que todos esperamos como herencia para las venideras generaciones.