Miles de mujeres se movilizan a diario para ir a sus lugares de trabajo, en transporte público y privado, pero entre estos dos escenarios hay una gran diferencia, aquellas que usan el primero están vulnerables y mayormente expuestas a un fenómeno llamado acoso por parte de ciertos actores inescrupulosos.
Ecuador ha tenido gran progreso en los derechos de las mujeres, pero sin embargo sigue en el limbo al momento de defender al ser humano más completo: la mujer; ¿Cuántas veces nos hemos hecho de la vista gorda al momento de defender sus derechos? No es factible responder. Hay que asumir nuestro rol de hombres que busca una sociedad más justa y equitativa para nuestras madres, hermanas, primas, tías, etc., para que se sientan protegidas y evitar experiencias que marcarán sus futuros días.
Actualmente, el Municipio de Quito ha implementado un sistema de alarma en el transporte público, para sancionar y castigar drásticamente a aquellos que siguen haciendo de las suyas, vulnerando la integridad de nuestras mujeres ecuatorianas.