Fidel Castro Ruz fue un líder para América Latina, un referente de la insumisión con el país más poderoso del mundo, los EE.UU. En mi colegio, en el cual estuve desde la escuela, (La Salle) tuvimos por muchos años un rector cubano, cariñoso y afable, quien fue expulsado de Cuba, porque la revolución no permitía injerencia cristiana de ninguna clase, la religión era “el opio del pueblo”, lo mismo pasó con la China de Mao, testimonio de Alejandro Labaka. La Universidad Central en la que me eduqué, era en mi tiempo un hervidero de ideas marxistas y por supuesto Fidel, el “Che” Guevara, los Tupamaros, Salvador Allende, eran nuestros referentes ideológicos, muchos de nosotros escribimos poemas y leímos la doctrina con el mismo respeto que nos producía Nietsche.
Necesitábamos proclamarnos inteligentes, burgueses inteligentes, nosotros éramos los que íbamos a salvar el mundo de las injusticias, gracias a la revolución de clases, al odio contra los ricos y venían las canciones, recordarán “Que los pobres coman pan y los ricos mierda, mierda…” Vamos a Europa y visitamos los países comunistas y la apatía de la gente nos desencanta, no sirve el comunismo, nos dicen.
Regresamos y a esta altura del cotejo antes de que muera el líder, se instaura un Ortega, seguidor a muerte de Castro, con su esposa Vicepresidente, con pretensiones de eternizarse.
Venezuela de Chávez está en la quiebra, Argentina está en bancarrota con toda una serie de denuncias como las que hemos visto.
La pareja era admiradora de Castro o será que todos se escudaban en esta ideología para hacer al pueblo pendejo, como lo dijo muy bien Facundo Cabral. Si pensamos que el “ejemplo es don de mando” sus adláteres son una ruina y por eso la historia que es vivencia de progreso, de solidaridad, de Democracia y respeto, no lo va a absolver.