Tuvo la oportunidad histórica de hacer una obra funcional para descongestionar ese vía crucis que significa salir y regresar de las urbanizaciones de la vía a la Mitad del Mundo. Lo anuncia con bombos y platillos en una propaganda desmedida y desleal que nos engaña como que fueran buenas obras .
La triste realidad es que solo se hizo un paso deprimido que conecta Carcelén con la av. Occidental. Se dejó igualito al viejo redondel: la misma interrupción y el mismo tiempo perdido; perdón está peor porque ahora hay semáforos que privilegian el paso a peatones y bicicletas fantasmas.
Tuvo la plata, la paciencia y el tiempo y la desaprovechó. Pudo incluso expropiarlos unos 3 metros al club El Condado para hacer un viaducto eficaz.
La ciudad no está en buenas manos y esto seguramente durará 4 años más sin que nadie pueda evitarlo. Quito como el cangrejo.