El fanatismo y el pragmatismo

Los países más desarrollados a escala global son pragmáticos; es decir, priorizan la razón por sobre los sentimientos; si un determinado modo de producción (sistema socioeconómico), no ha dado resultado en la práctica, lo que han hecho es abandonarlo, por ejemplo, el socialismo comunista. Ideología dominante en la China de Mao tse Tun, abandonada pragmáticamente por Deng Xiaoping en 1978, con su famosa frase: “No importa de qué color es el gato, con tal que cace ratones, es un buen gato”. Algo similar hicieron los chilenos de la Concertación, cuando renunciaron a las igualitarias tesis de Salvador Allende; y combinaron eficientemente: mercado y Estado.
Resulta lamentable que en pleno siglo XXI, era del conocimiento y la globalización; todavía subsistan personajes (Maduro, Morales y otros similares) que confunden la economía de mercado con el neoliberalismo. El mercado es una realidad propia de la civilización; por tanto, debemos permitir que funcione; e intervenir en él, lo menos que sea posible si queremos salir del subdesarrollo.

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