La actitud apasionada y hasta díscola de algunas asambleístas de Alianza País, al desconfiar del Presidente Moreno, de su comitiva y hasta de los técnicos, sobre el deplorable estado de la refinería de Esmeraldas, ya no sorprende a nadie, pero sí que agobia al país entero. Las controvertidas políticas, ciegas ante la apabullante cantidad indicios de negociados del catastrófico gobierno anterior, pretenden tapar el sol con un dedo. Ahora en su ya indefendible campaña de apoyo a Glas, piden formar parte de una “comisión” para “investigar” (¿?) sobre la realidad de la maltrecha refinería.
Me pregunto:¿Qué puede hacer y menos detectar una comisión de asambleístas dialécticas y enciclopédicamente ignorantes en materia de hidrocarburos?