Cómo es posible que en nuestro país primero tengan que ocurrir accidentes con consecuencias fatales para luego adoptar las correspondientes medidas de prevención. Esto ha venido y viene sucediendo en la mayoría de los casos, como: el accidente ocurrido en Mindo con el fallecimiento de una joven extranjera; la reciente muerte de dos menores en los juegos mecánicos (en Bahía y Quito), algunos decesos en ascensores, el incendio en el edificio de Las Cámaras (Guayaquil), los temidos y catastróficos incendios forestales, las frecuentes y graves inundaciones y deslaves en la época invernal, los diarios accidentes de tránsito, etc., etc., situaciones en las que, aparte de los homicidios y sicariatos, vienen a incrementar, considerablemente, el número de víctimas mortales.
Seamos más previsivos ocupándonos, a tiempo, de todas estas falencias, evitando, así la “superpoblación” en los cementerios. Esto lo conseguiremos: habilitando desagües, destapando cañerías, implementando semáforos, señalizaciones, pasos peatonales, rompevelocidades, etc.; dando frecuente mantenimiento técnico a los ascensores, realizando simulacros de incendios, movimientos telúricos y realizando, en forma permanente, un control estricto de parques de diversiones, bares, discotecas, salas de cine, atracciones turísticas y otros sitios de concurrencia masiva, a fin de disminuir el alarmante número de accidentes mortales que, a diario, enlutan a las familias ecuatorianas y ahuyentan el turismo, importante fuente de ingreso para el país.