Casualmente pude ver una larga entrevista a Ricardo Patiño, quien como miembro de Alianza País defendía “todas” las decisiones políticas, administrativas y de inversión, cumplidas en el Gobierno anterior, lo cual no me admiró, pero si me llamó la atención la incapacidad para reconocer algún error en la administración de Correa, suponiendo tal vez que ello podría restarle apoyo ciudadano en una nueva elección.
El alto endeudamiento lo defendió como la única alternativa para no frenar la inversión pública, olvidando que ello tuvo que hacerse por la inseguridad a la que se le había llevado a la inversión privada.
Defendió la creación de los Ministerios Coordinadores y criticó su eliminación, sin analizar que uno de los problemas del desfinanciamiento fiscal es el exceso de burocracia como en la Refinería del Pacífico donde, recién se descubre que existían más de 2300 empleados sin que esté en operación.
Reprochó la falta de reconocimiento del Presidente Moreno de varios proyectos sociales, principalmente en salud y en infraestructura del país, calificando ello como un eventual acto de traición al partido.
En síntesis, la preocupación de Patiño radicaba en el hecho de que las críticas, todas infundadas obviamente, podrían afectar los avances de la revolución que tanto beneficio le ha traído al Ecuador. Menos mal que no soy uno de ellos, al estar mejor informado.