La falta de libertad mata la ilusión
La serie de intromisiones en el desenvolvimiento cotidiano va cada vez mermando la libertad y sin esta no hay ilusión. Ya no hay la ilusión como antes de una cena navideña con toda la familia pues el sueldo ya no alcanza; ya no hay ilusión de que nuestros hijos escojan la carrera que deseen porque hoy se la imponen, ya no hay ilusión de que obtengan su título profesional porque no hay trabajo, ya no hay ilusión de pasear libre por la ciudad porque la delincuencia impera y gozan de defensores que en días les dejan libres, y a las víctimas.
¿Quién nos defiende?, ya no hay ilusión de ver y escuchar los medios de comunicación porque en cualquier momento se interrumpe la programación con las benditas cadenas y peor aún con la lluvia de publicidad permitida por el Consejo Nacional Electoral. Ya no hay ilusión de festejar a nuestra ciudad porque se han suprimido varios actos como la minga de la quiteñidad, la corrida de toros, las fiestas barriales.
Poco a poco coartan la libertad matando la ilusión, en corto tiempo y a este paso el Ecuador será un cementerio de muertos vivientes.