En los últimos meses hemos tenido una falta de circulante que ya se ha convertido en un problema de todos y para variar a nadie parece importar.
El circulante en un país constituye la sangre del comercio, sin él se ocasiona una serie de problemas que se manifiestan en la pérdida efectiva de dinero para las personas, negocios y puede incluso causar lo que se considera inflación por redondeo. En las sociedades desarrolladas esto se soluciona con máquinas dispensadoras de moneda fraccionaria, en nuestro medio el problema toma singular importancia por la economía dolarizada, donde cualquier incremento de precios o afectación a actividades cotidianas representa mayor problema que en economías que controlan su propio circulante.
Pues ahora vemos como en taxis, panaderías, gasolineras, para los que conducimos, se convierte en un problema significativo. Resulta ahora que antes de salir a la calle hay que buscar primero un sitio donde le cambien un billete en moneda fraccionaria, lo que dada nuestra idiosincrasia, resulta en el no poco conocido “compre algo para cambiarle”; dada esta situación por todos conocida y callada, ya que somos pueblos tolerantes, que no reclamamos, mas bien asumimos como que es nuestra culpa por no tomar las previsiones del caso. Espero que la autoridad tome medidas para resolver este problema, ya que es propio de nuestra cultura evadir responsabilidades.
Jaime Arturo Corral Cordero