Después de hacer una larguísima cola, un ciudadano llega a la ventanilla de un banco para depositar un cheque de USD 5 mil y pico que una conocida empresa le pagó por varios trabajos, el prolijo cajero no le recibe y le señala otro lugar para que llene un documento explicando el origen del dinero, con admirable paciencia y resignación propias de nuestra gente, el ciudadano va para cumplir las disposiciones legales.
Lo que no se sabe es cómo un poderoso banco no solo da préstamos en 24 horas sino que recibe una enorme cantidad de billetitos de USD100 que apilados uno sobre otro darían casi dos metros de alto, sin más que la palabra de un extranjero que dice empleará en la compra de dos propiedades.
Bueno será saber cómo entraron esos billetitos al país y si ya están en manos del afortunado ecuatoriano dueño de tan valiosas propiedades.
Creo que se debió aprovechar la presencia de los príncipes españoles para que “den abriendo una cuentita” en ese generoso banco, por si acaso el gobierno nos quiera hacer partícipes de algún “negocito”.