Desde el 2009 solicito al Municipio solución al problema que los karaokes en la Eloy Alfaro entre Quiteño Libre y Portugal nos ocasionan. Desde la Secretaría de Medio Ambiente se inicia la nefasta gestión municipal, otorgando como volantes las autorizaciones para todo negocio. La agilidad municipal se pone al servicio de quienes ostentan el poder, o pueden comprar el servicio de los comisarios municipales. Ante el Defensor del Pueblo presenté en enero 2012, los documentos de la denuncia, y declara vulneración al derecho de ambiente sano, exhorta a la Dirección de Ambiente a realizar su trabajo, sugiere a la Dirección de Hábitat y Vivienda revise el contenido de las ordenanzas del plan de ordenamiento metropolitano, y deja a salvo mi ejercicio de los recursos legales y constitucionales. No se impone el “buen vivir”, y es hora que la descuelgue de los letreros esparcidos por Quito. Le emplazo a que nos dé un buen vivir clausurándolos a pesar de tener “legalmente todos los papeles”.