Mas allá de preguntarnos si el despido de miles de empleados públicos es o no legal, legitimo o ético, deberíamos preguntarnos cuándo fue que los ecuatorianos decidimos ‘cubanizarnos’. Es que las autoridades han dicho que se debió ‘recurrir a la inteligencia policial por las argollas de corrupción que había en algunas instituciones’. O sea, operaciones encubiertas de pesquisas policiales. Creo firmemente que recurrir a tales métodos es un tanto exagerado, pues para descubrir corrupción en el sector público no hace falta de tanta sofisticación. Pero lo que llama la atención es que a causa de esas investigaciones han sido separados funcionarios con buenas evaluaciones quienes se quejan de discriminación por no haber estado ‘alineados’. Cuando hace 5 años el pueblo votó por ‘el cambio’ jamás pensó estar aceptando que los ecuatorianos nos espiemos y delatemos unos a otros, peor aún con fines políticos. Creo que esa práctica está reñida con la cultura de nuestro pueblo y el Presidente debe, a ese sí, despedir a quien le sugirió semejante desatino.