Llego a Madrid. Luego de descansar, al segundo día para ser exacto, entro a una tienda de ropa, la vendedora muy agenciosa me dice, si Ud. compra en España, en el aeropuerto le devuelven el IVA. No solo compré en esa tienda, gasté entusiasmado con la idea de ahorrarme el impuesto. Llego al aeropuerto de Barajas y luego de chequear las maletas, concurro a una ventanilla que decía, Devolución del IVA. Había una fila de más de 60 personas esperando recibir el impuesto de cosas compradas. Todos se quejaban, no sabía de qué. Llego a la ventanilla y dos funcionarios con cara de inquisidores, cabreados, como diría el Pájaro Febres Cordero, me preguntan, dónde está la mercadería que compró. Les digo, supongo que en el avión con mi equipaje. Me dicen con una sonrisa que se asemeja a burla. No ha leído la ley de España. Sólo se devuelve el IVA a la presentación de la mercadería comprada. Señora Embajadora de España, sugiero que actúe usted advirtiendo a las autoridades de su país que ese procedimiento me sabe a estafa.
Y si no advierten a los turistas, por lo menos sería bueno que en vez de sabuesos, pongan personal educado y respetuoso.