Una familia indígena, otavaleños solventes, trabajadores, dueños de tierras y varios puntos de venta de artesanías, con una buena cuenta en el banco quiso comprar una propiedad al contado para lo que le hacía falta 120 mil dólares.
Solicitaron un préstamo al banco, este se aseguró de que la propiedad valía 405 veces más, investigó por meses y con muchos papeleos la solvencia de estas personas y al fin aprobó el crédito sin embargo, no desembolsaba el dinero y le dio tantas vueltas y largas que el propietario del inmueble desistió y el negocio no se realizó.
Un extranjero don nadie o don pillo en 24 horas consigue un préstamo de USD 800 mil y con agilidad los saca del país.
Así que por si acaso necesite un “prestamito” y antes de que termine este Gobierno, investigue con qué producto se blanqueó aquel famoso cantante norteamericano y cómo a los nombres criollos se les puede dar un toque extranjero para que aprovechando también la facilidad con que se falsifican cédulas, firmas y todo documento se le abran las puertas de bancos, trabajo en instituciones públicas y le pongan dólares en el bolsillo.