Entramado de neuronas

Hace más de un año, el presidente de EE.UU., Barack Obama, ante una audiencia de científicos y empresarios en la Casa Blanca, lanzó al mundo un proyecto de exploración del cerebro humano, con una asignación de USD 110 millones, para encontrar maneras de tratar, curar y prevenir enfermedades como el mal de alzhéimer, la epilepsia, el parkinson, etc., o para reparar daños traumáticos sufridos por el cerebro.

No he oído mayores noticias al respecto, pero lo que sí recuerdo es que el presidente Obama señaló con énfasis. “Hemos hecho avances científicos y tecnológicos asombrosos en apenas pocas décadas, pero todavía no hemos desentrañado el misterio de los 1 300 gramos de materia existente entre nuestras orejas, en donde hay 100 000 millones de neuronas que hacen billones de conexiones”.

Sin ser especialista en traumas del cerebro, digo que gracias a este entramado de neuronas, algunos mandatarios de Latinoamérica mantienen conexiones de amistad íntima e ineludible, especialmente cuando se trata de combatir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) encargada de proteger a los ciudadanos de los abusos de sus gobiernos, ya que pretenden cercenamientos sustanciales a sus atribuciones particularmente, la Relatoría de Libertad de Expresión.  

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