El enojo del jefe

Homero, ya en tiempos inmemoriales y en su magistral obra Ilíada, describe con clarividencia hechos actuales y como ejemplo citaré la siguiente frase: "ah, Aquiles, grato a Zeus yo explicaré la cólera de Apolo, puesto que me ordenas; pero has de prometerme antes, y aun jurarme, que con tu palabra y con tus manos me defenderás, porque sin duda encolerizaré al hombre al cual todos los griegos obedecen.
Un rey es enemigo demasiado poderoso cuando se enoja con algún inferior. Aunque refrene por lo pronto su ira, seguirá su corazón alimentándola, dándole rienda suelta el día menos pensado. Asegúrame pues que me protegerás".
Claro está, la similitud con la que está actuando el gobernante de turno, con pretexto de defender su dignidad, ha hecho que no pueda refrenar su ira, su arrogancia y el desprecio que siente por los que no opinan igual que él; ha enfilado sus dardos en contra de quienes osan, según su criterio, ofenderle, sin meditar siquiera que el poder es efímero y algún momento tendrá que rendir cuentas a la patria y a la historia.
Lo que está haciendo con El Universo de verdad está crispando los ánimos del pueblo que por sus propios derechos y su legado histórico es de verdad altivo y soberano y sabrá oportunamente reivindicar su derecho a vivir en un país libre y democrático, en donde no tengamos que vivir guerras y rencores intestinos que de seguir así, solo nos llevarán al cadalso y, por supuesto como en el Olimpo, no existen reyes eternos, igual en el Ecuador, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

Suplementos digitales