Un poco de historia respecto a la Selección: ganan todos los primeros 4 partidos de eliminatoria (efectividad 100%). A partir de ahí, la selección queda en manos del dúo Villacis-Quinteros. Y empieza el desplome. De los siguientes 30 puntos disputados obtiene 8(efectividad 26,7%). Los resultados hablan por sí solos. Hablar de energías intangibles para el mundo futbolístico es pura música celestial. Pero aun cuando lo ignoren tienen un peso crucial, decisivo. Y no solo para el fútbol. Ahora para que estas energías se manifiesten tiene que haber un entorno de unidad, solidaridad, motivación y otros incentivos externos.
A Liga, que desde hace varios años no da pie con bola, le pasa exactamente lo mismo. Cuando el rendimiento de un equipo está lejos de su verdadero potencial, las energías intangibles están adormecidas.
Los mayores responsables de que un equipo rinda al límite de sus capacidades: dirigentes y cuerpo técnico. Debe existir “alguien” que sea capaz de despertar el entusiasmo, espíritu de lucha, sed de triunfo, la fe, la seguridad, el ñeque… etc., de los jugadores. Pero ese “alguien” no existe ni en la Selección ni en Liga. Para entender mejor sobran ejemplos; mencionaré solo dos: Brasil con Dunga, un desastre. Llega Tite y le devuelve a Brasil su histórica identidad futbolística y lo convierte para mi gusto en el mejor equipo del planeta. Otro, Barcelona con el mismo entrenador y otros dirigentes, un desastre. Llegan Francisco Cevallos y Alfaro Moreno, que han demostrado tener talentos naturales para dirigir, transforman a Barcelona; fue campeón nacional y está en la ruta correcta para lograr títulos internacionales.
La dirigencia de Liga que tuvo una época dorada, necesita oxigenarse. Quizá están estresados. Nos pasa a todos. La alterabilidad, una buena opción.