La Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central rindió, hace pocos días, un justo homenaje al Dr. Rodrigo Fierro Benítez. Amamantado en el cariño al terruño andino de Quero, fue profesor de más de 50 generaciones de médicos, inculcando en ellos el espíritu universitario de respeto a la libertad y al credo de las personas. Pionero de la endocrinología en el país, aplicó los conocimientos de su maestro Marañón para bienestar de sus pacientes. Investigador destacado logró el reconocimiento universal, siendo el primero de los nuestros que publicó trabajos en revistas de validez internacional. Articulista de opinión, sus criterios, emitidos sin temor, son leídos por centenares de personas. Historiador de la Medicina, rescató del olvido de la memoria la historia de la biopatología andina y la figura de César Naveda. Luchador incansable contra el bocio y cretinismo endémico por deficiencia de yodo, es pilar fundamental en su control por el Estado ecuatoriano. Pero sobre todo, en algo de lo satisface y destaca, Fierro Benítez es ejemplo de vida y comportamiento ético para sus discípulos y alumnos. ¡Felicitaciones maestro!